La reina africana: karite

La manteca de karité es una grasa extraída del fruto del árbol que lleva su nombre, que crece en forma salvaje en la zona central y occidental de Africa. Rica en ácidos grasos insaturados, es un regenerador celular natural que posee grandes propiedades suavizantes y reestructurantes. Además, tiene un alto contenido de vitaminas que le proporciona propiedades hidratantes. “La manteca de karité tiene una gran capacidad hidratante y emoliente, provista por su alto contenido de vitaminas F y E. Es anti-irritante por excelencia, por eso se la recomienda para pieles sensibles que se enrojecen con facilidad, o con tendencia a alergias y rosácea. Es ideal también para pieles oleosas o con acné, ya que no es comedogénica, es decir, no produce granos ni puntos negros”, advierte Velia Lemel, médica dermatóloga, miembro titular de la Sociedad Argentina de Dermatología (SAD) y directora del centro que lleva su nombre. “Esta manteca es muy utilizada es cosmética, y está presente en productos faciales, corporales y capilares. Además, se la puede encontrar en el maquillaje, especialmente en labiales, ya que da brillo”, detalla Lidia Sánchez, médica dermatóloga, responsable de capacitación técnica de BioExel Argentina.

Entre sus beneficios, forma una barrera de protección de la epidermis contra agentes externos climáticos como el frío, el viento y la sequedad. Es ideal para hidratar los labios resecos y tratar la nariz irritada por alergias o resfriados. Por sus propiedades reestructurantes en arrugas, es muy utilizada en tratamientos antiedad. Podemos encontrarla en productos para el rostro como cremas faciales, jabones, cremas para párpados y geles. Pero su uso también se extiende a los tratamientos corporales y capilares, que la utilizan en cremas de manos y corporales, leches, shampoo, acondicionadores y máscaras capilares. “En el cuerpo, la manteca de karité es ideal para acabar con la piel escamada y reseca. Posee un efecto antiestrías y antiarrugas, ya que estimula la formación de fibras de colágeno –explica Lemel–. También actúa como un agente protector y regenerador capilar. Reestructura en forma profunda la estructura capilar, otorgando brillo, suavidad y volumen, y es ideal para tratar el pelo seco o dañado”. Sin dudas, un producto completísimo, para aprovechar de pies a cabeza.