(AP) - EVANSTON, Illinois, EE.UU. (AP) _ Ellos se paran en el exterior en la fría noche previa a los exámenes finales, vestidos con pantalones vaqueros y sudaderas, o sencillamente en pijamas; y a las 9 p.m. en punto participan en un minuto de bobería por el bien de su cordura: ellos ¡griTAAANNNN!Se trata de una larga tradición en la Universidad Northwestern y otras escuelas del país, desde Stanford y Harvard al Colegio Messiah de Pensilvania y el Colegio Northland en las áreas remotas de Wisconsin.
El "grito primitivo", como es llamado con frecuencia, es una de muchas formas creativas que han encontrado los estudiantes universitarios para aliviar la presión durante uno de los momentos más estresantes que enfrentan en su vida de adultos jóvenes.
"No es simplemente la tensión de uno. Es la tensión de todos de la que nos estamos alimentando también", dice Andrew Walker, un estudiante de penúltimo grado y orientador de un dormitorio de Northwestern.
En la Universidad Tufts en Medford, Maryland, los estudiantes se desnudaron esta semana para la carrera nudista anual.
Y en la Universidad Santa Clara en California, un montón de compañeros de dormitorio tomaron recientemente un descanso de sus estudios para ir a un almacén donde saltaron en trampolines enormes y jugaron a golpearse con una pelota con chicos de la mitad de su edad.
"Cuando regresamos aún teníamos que escribir una tarea", comenta Evan Sarkisian, un estudiante de último grado quien es un "facilitador comunitario" en uno de los dormitorios de Santa Clara. "Pero fue bueno obtener cierta perspectiva y distraerse", agregó.
Cada vez más, los miembros de la planta académica también se están involucrando en el proceso para aliviar el estrés. La Universidad de Nueva York (NYU) ofrece "té y empatía", donde los estudiantes pueden hablar con un profesor sobre cualquier cosa que tengan en mente.
La NYU además está entre varios colegios y universidades que ofrecen comida a altas horas de la noche durante los exámenes, la cual frecuentemente es cocinada y servida por administradores y profesores.
Luego de participar en el grito primitivo de Northwestern, la estudiante de primer grado Gabriela González tomó una bebida energética y se acomodó con su computadora portátil en un sofá en el salón de estudiantes de su dormitorio. Sería una de muchas largas noches de estudio.
"Aquí, depende de ti", comentó. "Es tu responsabilidad. No hay nadie que te diga que estudies. Así que esa es la parte dura", agregó.
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