Si bien la realidad argentina no ayuda a la independencia de los jóvenes, muchas mamás siempre tienen una excusa para que se queden "un rato más". Informe de Infobae.com
Para que cualquier tipo de relación sea posible, son necesarias dos personas. Y las que atañen a madres e hijos no son la excepción.
"Freud decía algo así como que la primera elección en la vida de un hombre tiene que ver con la elección materna; con réplicas de su madre", simplificó la psicoanalista Stella Maris Gulian, para quien "muchas mamás creen que pese a que sus hijos sean adultos pueden opinar acerca de su vida privada sin que ellos lo pidan".
"Para ellas no hay mujer mejor que la que ellas hubieran elegido para sus hijos", aseguró a Infobae.com la licenciada, que se desempeña como coordinadora docente y supervisora del Centro Dos.
La profesional destacó que "los hijos no son propiedad de los padres" y pese a que sí admitió que suele ocurrir que la madre piense que lo que su hijo tiene (su pareja) no es lo mejor.
A esa situación puede sumársele la no existencia de una vida propia, por lo que se trata de mujeres que "viven a través de los hijos; todos sus pensamientos se centran en su núcleo y terminan ahogándolos".
"Lo cierto es que no hay garantía de felicidad, que los hijos –las personas- pueden equivocarse en las elecciones", remarcó Gulian, quien destacó que el mérito está en "volverlo a intentar".
Consultada acerca de si son muchos los casos de hijos que relegan su vida en pos de acompañar a su madre, la profesional subrayó que existen mujeres "terriblemente demandantes", que no tienen vida propia y que, "apelando a los sentimientos de su hijo", piden que la acompañe y hasta "le lloran por su viudez o separación".
"La mujer no sólo termina ahogando y generando roces en la pareja de su hijo sino que hay casos en los que éste se ve entre tener que elegir entre su mujer y su madre", dijo Gulian, y aseveró: "En realidad, no debe haber opción, es una u otra".
La profesional destacó que "no en vano", este tipo de hombres "suelen buscar mujeres tan demandantes como su madre" y llegan a la consulta psicológica cuando "no pueden poner un límite a las mujeres de su familia".
Por madres "retentivas" (de retener), Gulian definió a aquellas que no ayudan a que su hijo se independice.
Bien sabido es que la realidad económica de la Argentina tampoco colabora con la emancipación de los jóvenes, pero lo cierto es que hay más "madres retentivas" de lo que se cree. También es verdad que los "retenidos" son hombres con características "especiales"; que dan "mucho peso" a la opinión de la madre.
"La pregunta es dónde está el padre", remarcó Gulian, quien aseguró que es la función de ese hombre "hacerse cargo del goce de la mujer", en el sentido de que "la madre debe poder volcar sobre sus hijos sólo su maternidad".
Así es que si "el hombre se 'ocupa', la mujer estará 'partida' entre ser mujer y madre".
Lo ideal parecería ser que la mujer "canalice sus demandas (y no se habla exclusivamente de lo sexual) por los canales adecuados", para que la relación con sus hijos sea de madre y "no de mujer".
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